viernes, 18 de mayo de 2007
La captura del instante -VI-
Muy poca gente se junta en un sitio pequeño,
en una librería de San Telmo donde suceden cosas
aparentemente innecesarias. Pero es sólo una apariencia.
La definición de cultura como "un gesto inútil" es una
canallada con que se intenta quitarle a lo más precisado
su subsatancia más bella. Los hombres primitivos pintaron
en la piedra porque les fue necesario. Vivir no es necesario,
decían los antiguos marineros portugueses. Navegar es
necesario, decían.
Muy poca gente se junta en un sitio pequeño,
en esa librería de San Telmo, para escuchar a dos actores
leer una obra de teatro.
Los actores rápidamente se convierten en los personajes:
ella busca que el amor prosiga, como busca la ilusión un modo
de aferrarse, la postergación de la agonía, el alejamiento de
toda inminencia. Ella quiere amar. Él no. Él no sabe por qué,
no puede explicarlo, se trata simplemente de un extraño no
querer amar que se le impone. Ella sabe que lo que es probable
no será posible, pero lo intenta. Él se deja intentar. Vuelven una
vez más a conocerse, y esa cópula transpirada apenas deja
un temblor que pronto cede. Ya no hay nada. Únicamente
les queda algún silencio, un poco de comida, el ruido de la
puerta que se cierra.
Fin de la obra.
El público aplaude. Los actores vuelven a sí mismos.
La librería otra vez es un lugar.
Ahora todos son nuevamente poca gente que se junta en un sitio
pequeño.
Van saliendo todos y entre todos dos, una mujer y un hombre,
hacia su nueva historia de amor.
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Los instantes que capturan tus relatos, me redimensiona los tiempos, las texturas, los colores, las sensaciones.. gracias Claudio.
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