Elizabeth Bishop - Cuestiones sobre el viaje - País, sociedad, continente:/ nunca es amplia la oferta y nunca es libre./ Y aquí, o allí... No. ¿Debimos quedarnos/ en casa, dondequiera que se encuentre?
Nicanor Piñale
James Joyce: La joven vida respira/ sobre el cristal./ El mundo que no era/ viene para irse./ Un niño duerme:/ un viejo se marcha./ Oh, padre renegado/ perdona a tu hijo.
Eugenio Montale - "Dora Markus" (Fragmento.)
Allí está escrita. El siempre verde/ laurel para la cocina/ resiste, la voz no cambia,/ Ravenna se halla lejos, destila/ veneno, una fe feroz./ ¿Qué quiere de ti? No se ceden/ voz, leyenda, destino.../ Pero es tarde, cada vez más tarde.
Ana Guillot
Quizás después/ seremos primavera./ Nuevamente apertura previa/ al estallido,/ y recomenzar.
Graciela Wainbuch - Edgar Hooper
Meten palabras/ en su boca./ Cuando habla/ dice las palabras/ de los otros./ Distraída/ atravieza la pared/ y sangra./ Muda:/ esclava de su/ aparente inocencia.
Flora Ferrari
¿Entre qué límites me encuentro? En la mentira. Esa es la verdad.
El mundo podría olvidar desde ahora/su jadeo nocturno, sus reiterados sueños negativos/si comenzara de nuevo/con la misma certeza de mi mano/alzando esta taza de café.
Pessoa
Alberto Caeiro- El amor es una compañía./Ya no puedo andar solo por los caminos,/porque ya no puedo andar solo./Un pensamiento visible me hace andar más deprisa/y ver menos, al tiempo que me agrada ir viéndolo todo./Incluso su ausencia es algo que está conmigo./Me gusta tanto que no sé cómo desearla./Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los árboles altos./Pero si la veo tiemblo, no sé qué se hizo de lo que siento en su ausencia./Todo yo soy una forma cualquiera que me abandona./Toda la realidad me mira como un girasol con su cara en medio.
Felisberto Hernández
-¿Usted nunca tuvo curiosidad por el porvenir? -No, tengo más curiosidad por saber lo que le ocurre en este mismo instante a otra persona; o en saber qué haría yo ahora si estuviera en otra parte. (de "Nadie encendía las lámparas".)
De Chirico
Juan L. Ortiz - Muchachas de ojos de flores y de labios de flores. En la sombra exhalada -¿de qué su dulce hálito?-. Ríen los ojos, los labios, hacia las islas azules.
Brenner
Ungaretti - Encerrado entre cosas inútiles (también este cielo estrellado acabará) ¿por qué ansío a Dios?
Emile Nolde
Emily Dickinson - ¡Yo no soy nadie! ¿Quién eres tú? ¿Eres -nadie- Acaso? ¿De modo que ya somos un par? ¡No lo digas! lo divulgarían -¡ya lo sabes! ¡Qué aburrido-ser-Alguien! Tan impúdico -Como un sapo- Oír tu nombre- durante todo Junio- ¡Para que te admire un pantano!
Carolina Antoniadis - Nipón ni Japón Hong Kong
Jacobo Fijman - Estamos en el mundo y con los ojos en la noche. Mi voz es fría y sucia como la piel de los muertos.
Degas
-Al fin y al cabo, si no sos Dios, no quiero verte. -frívola y bella, decía la verdad.
Simone de Beauvoir
Claro está que apenas cautivo, y durante largos años, Sade protesta y se excita. Pero, por lo menos, puede entregarse despreocupadamente a la pasión que reemplazó en él la del gozo. Puede escribir. No cesó nunca de hacerlo.
Marguerite Yourcenar
Soledad. . . Yo no creo como ellos creen, no vivo como ellos viven, no amo como ellos aman... Moriré como ellos mueren.
Cioran - Ese maldito yo
Se ha comparado el nirvana con un espejo que no reflejaría ya ningún objeto. Es decir, con un espejo puro para siempre, para siempre deshabitado.
El mar
La niña que dará una excusa al viento.
Una mañana
Delante anda la niña de mis ojos. El viento atrás.
Flora Ferrari - Inédito
La oscuridad de la noche a veces
es demasiado para mí.
Mi miedo es atroz.
La mayor parte del tiempo
lo ocupo en ocultarlo.
Claudio Ferrari
nace en Buenos Aires. Escritor y director de teatro y televisión. Publicó, entre otros, los libros "La palabra diversa" (Ed. Tierra Firme), "La casa abandonada" (Ed. Corregidor), "La calle de la infancia" (Ed. Vinciguerra). Algunas de sus obras teatrales estrenadas son: "Como Dios manda", "Perdonar es diBino", "Sin mí de él".
Una leyenda de los indios jujeños, recogida por Julio Costa, dice que Lavalle fue un indio rubio, al que sus compañeros sacaron los ojos e hicieron volar como al cóndor ciego. Sacar los ojos a un cóndor es un juego brutal de los indios de la quebrada: el ave remonta recta en busca de una luz que no encuentra, vuela cada vez más alto, más allá de los montes y de las nubes, sin ver nada, sin poder hacer pie, sin contar con nada más que su impulso de acero. Hasta que la desesperación porque comprende que le han quitado la luz para siempre, la hace precipitarse desde la inmensa altura para caer muerta muy cerca del sitio donde la remontaron sus bárbaros cegadores.
Marguerite Duras- El mal de la muerte
Ella dice que no tiene opinión, que no puede saber.
Ella pregunta: ¿Cuáles serían las otras condiciones?Usted dice que debiera callar, ser como las mujeres de sus antepasados, doblegarse completamente a usted, a su voluntad, serle enteramente sumisa al igual que las campesinas en las granjas tras la cosecha cuando derrengadas dejaban acercarse a ellas a los hombres, mientras dormían –todo ello para que usted pueda acostumbrarse poco a poco a esa forma que se amoldaría a la suya, que estaría a su merced como las devotas lo están a la de Dios– esto también, para que poco a poco, con el día creciente, tenga menos miedo de no saber dónde colocar su cuerpo ni hacia qué vacío amar.
E.M. Cioran-Ese maldito Yo
El hombre es libre, salvo en lo que posee de más profundo. En la superficie, hace lo que quiere; en sus capas más oscuras, «voluntad» es un vocablo carente de sentido.
Boggie & Baccal
Creo que era Bogardt el que le decía en una de Wilder a Baccal: "No hay modo de ganar. Se trata de perder lo más lentamente posible."